La mirada que tiene en una de las cuatro portadas de la revista es más bien como la de una niña indefensa, una chaqueta roja de lentejuelas y el cabello sobre la cara despiden en la cantante un aire de tristeza. "Fue muy difícil para mí deshacerme de esa mirada, porque así es cómo me veía de los 19 a los 21 años... tal vez más. Mi corte de pelo era así cuando tenía 18, me recuerda a toda esa experiencia dolorosa que sufría a esa edad", sostuvo Gaga.
"Tengo la capacidad de experimentar dolor durante largos periodos de tiempo, así que puedo soportarlo, ya sea dolor mental o dolor físico", explicó. "Creo que es por mi disciplina desde niña. Estudié piano y luego teatro y danza, así que tengo esta capacidad de soportar largos periodos de dolor. Pero como resultado, cuando me convertí en adulta a los 18 años, me fui por las opciones malas, puesto que ahí no sentía el dolor. Aunque era capaz de resistir un desafío de tiempo en mi juventud, los resultados fueron destructivos. Me quedé hecha una piltrafa".
La cantante, quien ha admitido a luchar contra un desorden alimenticio y problemas con las drogas cuando era más joven, dijo que la creatividad fue la que la salvó. "El arte fue siempre lo que me sacó adelante de las situaciones más difíciles y dolorosas".
"Pensé en el Pop Art y cómo el tema dominante fue siempre la celebridad o el ícono de la cultura pop en el lienzo, y luego me dije a mí misma, pero es lo que he intentado incesantemente en ser a través de mi trabajo, una celebración de mis diferencias a través del arte, de mí misma como un lienzo, en oposición a mí misma como lo importante, me puse en la lona", compartió Gaga con la revista.
"No quiero ser un ícono en una sola forma. Quiero ser un ícono de muchas formas. Así que ahí es donde empezó", agregó.
La sesión de fotos fue fotografiada por Inez y Vinoodh y fue diseñado por su nueva directora de moda de Brandon Maxwell.
FYI: Gaga lleva Saint Laurent en la portada.
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