Sobre no saber mucho sobre el amor:
"Tiendo a pensar que las cosas son el amor y luego miro hacia atrás y revalúo. ¿Cuántas veces has estado enamorada? Conozco a muchas personas que han dicho 'Te amo'. Probablemente podría contarlo, pero no da gana. Una parte de mí siente que no puedo decir que estuve realmente enamorada si no duró mucho. Si me caso y tengo hijos, allí es cuando voy a saber que es real porque duró".
Sobre los chicos malos que a menudo parece que a ella le atrae:
"Hay un carisma muy interesante involucrado. Por lo general ellos tienen mucho que decir, e incluso si no lo hacen, saben cómo mirarte para decirlo todo. Creo que el sueño de toda chica es encontrar a un chico malo en el momento correcto, cuando él no quiere ser malo nunca más".
Sobre sus habilidades en la cocina:
"Puedo hacer mermelada de frambuesa. Cuando era más joven nosotros teníamos una parra, y mi mamá iba y recoger las uvas y hacer mermelada de uva, la ponía en frascos, y las daba como regalo. Así que empecé a hacer mermelada de frambuesa, y es tan rica. Puede comerla con cualquier cosa, sobre todo con galletas. Sin intentar parecer presumida, pero era tan rica que apenas podía comer con una cuchara."
Sobre enamorarse:
"No creo que haya una opción para mí para enamorarme lentamente, o a velocidad media. Tampoco es algo que se piensa. Sólo miras antes de actuar, y te dices, '¡Sí, es maravilloso! ¡No hay que pensarlo dos veces!'. Y entonces sientes que 'estás volando y luego que estás cayendo'".
Sobre la dificultad de vivir en el ojo público:
"No sé cuánta privacidad tengo derecho a tener, pero sé que no entiendo mucho de eso. Al mismo tiempo, me pregunto siempre eso. Podría estar tocando en un café. Sería feliz haciendo eso, [pero] probablemente no del todo. Saber que la gente va para escuchar la música que hago es la sensación más maravillosa del mundo. Saber que hay tipos que esperan afuera de mi casa con cámaras, escondidos en los arbustos, es un sentimiento menos agradable".
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